REFLEXIONES SOBRE LAS VIOLENCIA ESCOLAR:
La violencia escolar en si misma solo es un síntoma.
A mi entender, es la localización espacial de una conducta social cuya concreción queda evidenciada en un grupo etario vulnerable y por naturaleza rebelde. Con necesidad de forjar u identidad y furo. Es decir: la violencia en las escuelas no debe ser considerada como un mal de otros, sino la exteriorización de la problemática “violencia” que nos afecta a todos y de la que todos, como responsables sociales, somos generadores.
Sin lugar a dudas debemos intervenir, debemos propiciar la resolución del conflicto “violencia", por lo que debemos conocer las causas que la generan o propician, y así eliminarlas, para influir positivamente e integralmente en el cambio de los comportamientos sociales.
El importante estudio realizado por l centro de estudio para la prevención del delito de la universidad de Belgrano (CEPREDE) constituye un invalorable aporte, como disparador parea la reflexión de todos los actores sociales. El campo de la investigación es que nos permite partir de un patrón bástate homogéneo, obtener premisas de trabajo que se validan en los datos recavados en el campo real, permitiendo encar la cuestión conflictiva y elaborar conclusiones consensuadas y abarcativas, con minima interferencia de prejuicios individuales.
La problemática “violencia” se referencia en lo escolar como una forma mas de ella, en un territorio: “escuela” representativo desde lo geográfico, como ubicación de lo social, con participación d los actores sociales, en sus múltiples roles, hijos y padres, educando y educadores, responsables e irresponsables, cuidados y cuidadores, victimas y victimarios, jóvenes y adultos, compartiendo en un mismo espacio pero con distintos dividendos, con preocupaciones distintas, conviviendo con distintos miedos y en muchas casos co proyectos disociados. En suma, la comunidad educativa no es más que una muestra, que nos sirve para identificar la violencia como un mal dentro d la sociedad.
La realidad es que debemos revertir las “conductas violentas” para un desarrollo integral y saludable d nuestro pueblo.
Debemos ver en la escuela “la oportunidad” del cambio. La escuela es el continente que nos permite tener un territorio donde trabajar; su comunidad es un grupo variado, una muestra identificable y representativa que caracteriza los núcleos locales. Es donde se puede observar la conducta, buscar las causas que originan los hechos de violencia, y atacarlos en forma preventiva. Causas en orígenes individuales o familiares, que deben ser consideradas para lograr eliminarlas, mediante instrumentos que den solución o contención al alumno o su entorno. Debemos crear una política de eliminación de la violencia y la escuela debe ser el comunicador, el facilitador de los programas, planes y herramientas que se establezcan, la ejecutora de una metodología integradora e inclusiva con un rol participativo y protagónico de la construcción de su identidad es colar, como parte de su comunidad.
“la escuela” como significante, es “el lugar”, la tierra fértil donde se puede y se debe sembrar la semilla para que germine y florezca nuestra juventud, como emergente creativo de una sociedad esforzada sin miedos y responsables.
VIVIANA ARCIDIACONO
domingo, 13 de junio de 2010
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